A las teles les cuesta arrancarse con temas que despierten el interés por la barbarie que suponen. Los debates a los que nos tienen acostumbrados siguen dando matraca con lo de siempre: ZP o PP, paro y crisis y las políticas del aborto o los matrimonios gays. ¿Cuándo harán un especial de 59 segundos, por ejemplo, sobre lo poco necesario y dañino que resulta el Ministerio de Igualdad?
En un país que vive en el disparate de contar con 17 sistemas educativos diferentes, puede permitirse disparates como que un informe de Bibiana Aído centre el examen de Lengua castellana de las pruebas catalanas de acceso a la universidad. Un texto de Ana María Moix, como opción de análisis literario, compartió podium académico con la excelentísima Aído.
Incluir un texto administrativo de una de las ministras menos preparadas y más desatinadas de nuestra democracia es un síntoma de la falta de excelencia que se exige a los estudiantes. Y del examen son responsables, atención, 200 profesores. Los examinados, las víctimas de la broma, dijeron a los medios que el examen les pareció “menos difícil de lo que imaginaban”.
Las preguntas ante la inclusión de un texto de Bibiana Aído en un examen tan importante y supuestamente respetable son: Al ser el examen para alumnos castellanos, ¿es una forma de desprestigiar esa opción con una guasa nacionalista? ¿Se mezcla interés partidista con universidad o estado con academia de una forma bastante sucia? ¿La decisión viene de la absurdez de un catalanista furibundo, de una ferviente servidora de la causa igualitaria… o forma parte de una nueva cortina de humo a la que nos tienen tan acostumbrados?
Más preguntas: ¿Cuál es la fuente de los medios que han revelado este hecho? ¿Fue una estudiante? ¿Fue un profesor? ¿Hay alguien interesados en usar una vez más a Aído como mujer de paja para que los medios eviten destacar otros titulares menos beneficiosos en plenos resultados electorales? ¿Por qué, si no, muchas tertulias dedicaron decenas de minutos con este tema?
Si sólo fuese una anécdota, otra mera engañifa propagandística, la olvidaríamos nada más leer la noticia, como centenas de las que leemos. Pero no lo es. La Universidad Rey Juan Carlos va a impartir un nuevo “Grado en Igualdad”, nueva titulación académica.
La cosa durará cuatro años. Programa: Políticas Públicas de Igualdad, Introducción a la Empresa, Igualdad y Dependencia, Políticas Tributarias, Derecho Comparado, Derecho y Empleo y Relaciones Laborales. Es decir: la carrera de derecho, que ya existe.
Aunque esta carrera tenga poco futuro y el Ministerio de Igualdad desaparezca en unos años, lo más grave de todo es que nos seguiremos engañando. La verdadera igualdad, la real, llegará cuando los ya universitarios, chicos o chicas, se conviertan en parados. Sólo entonces probaran, con suerte, el amargo sabor de la precariedad. Y vivirán en igualdad.
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