Mentiras, Hermanos y Viceversa

Revelar a estas alturas de la película que Mujeres, Hombres y viceversa es una engañifa es obvio, pero resulta necesario. Sobretodo para los 2.738.000 espectadores que estuvieron enganchados este martes a las explicaciones que dio Efrén, el tronista que más tiempo ha durado en la carpa del circo sentimental que Telecinco monta todas las tardes.

Desde los tiempos de Leticia Sabater y su "máquina de la verdad" no se veía un espectáculo semejante en televisión. Yo acudí a aquel programa, Mentiras peligrosas y por un sueldo ínfimo (el que daba Canal 7) había que dar vida a un guión de lo más truculento.

Ya saben lo que se cuece en el programa de Telecinco: Actores que interpretan un personaje (quizá tan ridículo y anodino que basta con basarlo en su propia vida) y hacen creer a la audiencia que sus sentimientos son el hilo conductor del programa.

Los gritos, pataletas y peleas "del programa de Leti" se han transformado ahora en palabras hueras, frases ñoñas y ojitos con lágrimas a punto de caer. Todos los participantes de Mujeres, Hombres y Viceversa están cañón (guiándonos por los códigos contemporáneos), pero ninguno de ellos sabe trazar una oración subordinada: Esta es una de las claves para que este programa escaparate de jóvenes con ínfulas de amor televisado sea el nuevo éxito televisivo.

Otro de los factores por los que la audiencia no sabe decir no a esta pasarela de "frikis con glamur" es el nacimiento de un nuevo serial televisado, que, casualmente, se gesta con la ayuda de otro reality de falsa moneda y concursantes con sed de fama: Gran Hermano. Telecinco, siempre a la cabeza creativa de nuevas formas de enganchar al público, ha mezclado a concursantes de ambos programas para retroalimentar su parrilla, como antaño hacían con Día a Día, Crónicas Marcianas, Aquí hay tomate y A tu lado. ¿Recuerdan? Tamara, Carmina Ordoñez, Belén Esteban, Jorge y María José...

Hoy, el culebrón Efrén parasita los espacios La Noria, Está pasando, El debate, Mujeres..., y también las galas de GH, que tras diez ediciones, y a pesar del ridículo empeño que le pone su presentadora, no se sustentan por sí solas.

NUEVO FOLLETÍN

Este nuevo serial que empezó tomando como protagonistas a dos personajes del programa de parejas: Soraya y Efrén, a fichado a otros tres de GH: Carlos Hoya, Loli y Gisela (recién salida del horno de cámaras y última en incorporarse a la nueva realidad mediática), además de incluir en el reparto coral a otros ex de estos concursos: Germán (que actualmente coquetea con ambos programas), Kiko de GH3 (que es fijo de la cadena y experto en caldear estos nuevos espectáculos), y otros que, no lo duden, se irán sumando.

Esta nueva estrategia de crear ficción abarata los altos costes de producción que lleva diseñar un serial, serio o no, para la tele. Aquí, la vida, como pasa en la casa del reality, se guioniza en función de los movimientos de unos concursantes (ahora viandantes) que han firmado un compromiso para aparecer por los distintos programas de la casa.

Una cadena que sabe de antemano lo que ustedes quieren ver y se lo dosifica diariamente cambiando el envoltorio para que parezca espontáneo.

FÁBRICA DE MENTIRAS

Ustedes, si ya han descubierto el engaño, no podrán quejarse porque, evidentemente, no han firmado ningún contrato con la cadena. Ustedes tan sólo disponen de un mando a distancia que les controla a ustedes y no al revés (HAGAN LA PRUEBA).

Ustedes, espectadores (los de "la audiencia ha decidido"), dieron por hecho desde el principio que lo que salía por televisión era verdad y, consecuentemente, situaron el televisor en el corazón del hogar.

Aun corriendo el riesgo de parecer apocalíptico y extremista, he de denunciar una vez más (y las que sean necesarias) que la televisión no es más que una fábrica de mentiras. No hace falta irse a la programación de Telecinco para descubrirlo, aunque analizar este escándalo que nos atañe y los otros que vengan no deja de ser un buen paso para ayudar a abrir los ojos de los que se niegan a ver.

"Los medios de comunicación, la televisión, la radio, están interesados no en reproducir lo que sucede, sino en ganar a la competencia. En consecuencia, los medios de comunicación crean su propio mundo y ese mundo suyo se convierte en más importante que el real. Nos encontramos en un mundo que ha perdido todo criterio, toda proporción, en el que son los medios de comunicación los que crean la historia." (Ryszard Kapuscinski. 'Los cínicos no sirven para este oficio').