Ana Rosa entrevistó este lunes a Alaska en su programa. La cantante se encuentra de promoción con su último disco 'El extraño viaje' . Olvido demostró una vez más su divinidad:
Quintana: ¿Quién le iba a decir a Alaska que su casa iba a salir en el Hola?
Alaska: ¿Quién le iba a decir al Hola que iba a sacar la casa de Alaska?
Alaska está por encima de todo. En la entrevista que le concedió a Ana Rosa Quintana lo dejó claro. Se reconoce una lectora fiel del Hola pero lo que más le agradó de su reportaje fue encontrarse entre sus páginas a sus iconos culturales: un cuadro pintado por Costus que aparece en una película de Almodóvar, al director John Waters en la película Pink Flamingo. ¡Toma castaña cultureta para las marujas que estaban viendo el programa!
Olvido se empezó a teñir el pelo a los 12 años, que es cuando descubrió a artistas como Bowie. A Alaska lo deslumbró de sus primeros iconos no sólo su manera de entender la música, sino también la manera de entender la imagen.
¿Se imaginan hoy a una niña de 14 años practicando una lluvia dorada en una película?
Pues así comenzó Alaska con Pedro Almodóvar en Pepi, Luci y Bom. Después llegó a ser con su estética siniestra, la musa de los niños en La Bola de Cristal.
Recuerdo que hace ya algunos añitos, en mi primer viaje a Madrid, me encontré a Alaska en la antigua estación de autobuses de Alienza. Eran las 6 de la mañana y estaba tomando un café con su grupo (4 kinkis que daban miedo). Creo que fue el primer famoso que vi en mi vida. Me acerqué a ella sin pensármelo dos veces y le dije:
- “Alaska ¿me puedes firmar un autógrafo?”
- “Claro" - me dijo.
Y mientras me firmaba, yo le aclaré porqué lo quería:
- “Te seguía en La bola de cristal y me encantaba.”
Y ella divina en su divinidad habitual, una vez más y con voz grave habitual, mirándome encantadoramente a los ojos mientras me devolvía su huella, me soltó:
- “Ay, cariño. Siento haberte traumatizado la infancia.”
Ver ahora los programas de La Bola en el canal 50 años de TVE supone un respiro a la parrilla convencional. Es muy triste que Alaska tenga que recurrir a programas como Operación Triunfo o Ana Rosa Quintana para presentar su nuevo trabajo. Ya no hay programas musicales en televisión, ni de cultura, ni de tendencias, ni trans, ni contratrans. Ni nada. Sólo hay nada.
La divinidad de Alaska le hace reinventarse a si misma en música y estilo. Por ejemplo, para este nuevo álbum han elegido el blanco porque era un color que Fangoria nunca había llevado, y aunque lo deteste ha de ser consecuente con su filosofía hasta el final.
Otro momento de mi vida que me hizo recordar el poder de esta Diosa fue cuando me acerqué a ver la última película musical de este país (Los dos lados de la cama). El film reversiona grandes éxitos de la música española. Pues de siete u ocho canciones, cuatro son temas de Alaska.
La diosa ha sabido pasar por los años ochenta, noventa y dos mil, sorprendiendo y convenciendo. Reinventándose a sí misma e importándole un pimiento si ha de defender a Tamara, enseñar su casa en el Hola, hablar de historia en la COPE o ejercer de jurado en Lluvia de estrellas.
¿Y saben por qué Alasaka es lo que es y está donde está? Porque no soporta aburrir. Lo detesta.
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