Perros, perros y más perros. Pero ¿tanto perro para qué ladridos? White God es un film ridículo.
El húngaro Kornel Mundruczo filma una película tremendamente aburrida, tediosa desde el inicio. Va de guay y de guau: Supuestamente, una parábola sobre las razas. Quienes sean mestizos lo llevan crudo, solo reina el más puro, el más fuerte. Pero para encontrar esa pureza en minutos de tensión o de fuerza en la película hay que esperar casi hora y media de metraje.
Lo que podría haber sido "Los pájaros" en perros acaba siendo un film aburrido porque White God es una película vaga. Bajeza en la interpretación: esa Lili inexpresiva que nos muestra siempre la misma cara de aletargamiento, esos diálogos tediosos y grises, esa poca viveza en los seres humanos que solo al final parece que despiertan porque los matan.
¿101 Dálmatas, La dama y el vagabundo? La película tan rígida, tan seria, tan trascendental no es comparable a ninguna otra en la que la fuerza de los perros fuera arrolladora. Un film olvidable.
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