viernes, 8 de febrero de 2013

Pero… ¿Quién ha hecho “Hitchcock”?

Por Miguel Albertos:

 Hay largometrajes basados en novelas, cómics, historias reales o en la vida de alguien, no es este el caso de “Hitckcock”. Aunque “a priori” podríamos pensar que estamos ante un “biopic”, en realidad esta cinta se basa en un “making of” de una de sus películas más conocidas, “Psicosis”, con suaves toques dramáticos.

Y como si de un capítulo de “Alfred Hitchcock presenta” se tratase, comienza y acaba con una presentación del maestro e incluso la sintonía de esta famosa serie de televisión. Sin embargo, lo que hay en medio decepciona más que muchas series, sobre todo de las actuales, que muchas veces superan los niveles de calidad del cine.

No hay ningún “mcguffin” (ese elemento de suspense que acuñó el propio director) ni realmente interés en la historia. Todos sabemos que la película que hizo que cogiéramos miedo a ducharnos sí que llegó a las salas y la infidelidad de la esposa, aunque llegara a materializarse, nos da igual. Por no hablar de ese Ed Gein (personaje real, origen de Norman Bates) que se le aparece satánicamente al mago del suspense y que podría haber dado mucho más juego. Tampoco se ha molestado su director, el primerizo Sacha Gervasi, en recrear la fotografía hitcockiana de la época, a modo evocador como hizo Tim Burton con “Ed Wood”. 

Incluso Gus Van Sant, con su innecesario “remake”, sintonizó mejor con el mundo Psicosis que este telefilme de tres al cuarto que han decidido llevar a la gran pantalla. Ni siquiera el elenco de primeras estrellas salva la película, por muy correctos y “tuneados” que estén Anthony Hopkins o Scarlett Johanson. La mayor curiosidad reside en ver a Ralph Macchio, casi 30 años después de “Karate Kid” y si acaso, saber que uno de los clásicos del terror más aclamados de la historia del cine pudo no llegar a estrenarse o hacerlo en la pequeña pantalla.

Ahora posiblemente acabaría programándola con gran éxito la HBO, canal que por cierto ha producido una TV-movie (“The girl”) sobre el propio Hitckcock y su morbosa relación con Tippi Hedren, que seguramente sea menos benevolente con la manipuladora personalidad del genial director. 

 Lo mejor: La banda sonora de Danny Elfman emulando a Bernard Herman.

 Lo peor: Los vanos esfuerzos por crear una atmósfera de suspense.

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