sábado, 31 de marzo de 2012

Luis D'ors: "Hemos hecho una serie de televisión sobre el teatro"

Por Bosco Palacios:

El teatro de
Luis D'ors gusta en directo porque es ligero y entretiene, pero cuando se reflexiona se supera. Los montajes de Luis son buenos en escena, pero cuando uno sale de la sala se convierten en obra maestra. Hasta el domingo en La Abadía.

¿Por qué crees que tiene vigencia hoy Moliere?

El denominador común de todos los poetas del teatro (desde Sófocles hasta Lorca) es que son capaces de dar forma a conflictos universales y eternos del ser humano. La obsesión de Molière es la de las trampas de las apariencias. ¿Hay algo más propio de nuestra sociedad contemporánea?

¿Es fácil adaptarlo?

Como todo gran teatro, Molière tiene un cliché: el barroco francés y los fuegos de artificio verbales, recursos que hacen difícil su traslación a otras lenguas y culturas. Hemos tratado de sacar a Molière de su cliché, explorar desde nuestra actualidad cómo resuena el conflicto del inconformista inadaptado.

¿Desde dónde la habéis hecho?

Obviamente se puede hacer desde lugares distintos: nuestra opción has sido la de contextualizar la situación del original (entre aristócratas franceses) al mundo del teatro. También la de basar su fuerza no en la retórica verbal y los arquetipos, sino en el comportamiento velado entre líneas y en las contradicciones de los caracteres. De ahí el extraño maridaje entre Molière y Chéjov; curiosamente el tono que buscan ambos autores no es tan dispar: dolorosamente cruel y al mismo tiempo, ligero, divertido.

¿Cómo surge la idea de Ensayando...?

De la necesidad de acercar el teatro al público, tanto el hecho escénico como los temas, conflictos universales y personajes del repertorio al gran público. Una serie de televisión sobre el teatro.

¿Por qué teatro experimental?

Todo teatro que merece ese nombre es experimental.

¿Qué destacarías de tu montaje?

Actores y propuesta. Para hacer buen teatro no hace falta más.

Eres un excelente director de actores, ¿qué tiene que tener un buen actor?

Gracias. Guardo un respeto, amor y admiración hacia el actor, el verdadero actor, que es para mi un creador: honestidad, capacidad de arrojo, inteligencia, sensibilidad, determinación y cómo no, facultades moldeadas por una técnica sólida.

¿Quiénes son para ti los grandes del teatro?

Imagino te refieres a creadores contemporáneos: mi referente es Michael Chéjov, que lleva el nombre de la compañía. Entre mis favoritos que hacen teatro hoy, Decklan Donellan.

¿Crees que sería posible un mundo con personas totalmente sinceras?

Como el personaje del amigo del misántropo, Philinte (Teo, en nuestra versión), no creo se pueda ni se deba decir la verdad descarnada y sin filtro de ninguna clase. Pero como él mismo demuestra, se puede ser sincero y delicado. Eso sí, hay que ser lúcido e ingenioso, para saber moverse en el ballet que supone vivir en sociedad.

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