Por Lorena Papí.
ALERTA SPOILERS
(Destripamos hasta el final, avisados quedáis)
Ha
llegado la hora de echar toda la carne en el asador: la carne muerta.
Porque hemos empezado la semana con el retorno de los muertos vivientes, como ya adelantábamos en nuestro último post de Series en Bola. Hasta los serieadictos nos
convertimos en zombis ante la pantalla durante los 63 minutos del
capitulazo que se despachó la serie. Y se quedaron a gusto.
El inicio de esta
nueva temporada debía cerrar una etapa: Atlanta. "Atlanta está
acabada", dice Grimes. Pero él no ha perdido ni el sombrero. A Rick le ha
tocado el papel de líder, es el Jack Sephard de otro grupo de humanos
supervivientes. Sólo que en 'The Walking Dead', los muertos hacen algo
más que susurrar entre los árboles.
¡Ah, el bueno de Rick Grames! No para de
hacer promesas: a Morgan y Dwayne, que les encontraría y les ayudaría. A día de
hoy, siguen siendo una de las tramas por resolver, pero se mantienen ahí, a
través de esa promesa y las transmisiones desesperadas y a la vez esperanzadas
del sheriff.
Y luego no se le
ocurre otra cosa que prometer a Sofía que la llevará a ella y a su madre a ver
el Gran Cañón, pero a la niña le da por perderse huyendo de un ataque zombi y
Rick no puede salvarla. Y luego está lo del ciervo y ese remake de Bambi
con final alternativo que nos dejó sin aliento. En fin, ¿no es para perder
la fé? ¿Y no es para engancharse a la serie?
¿Empiezan los conflictos?
Lo cierto es que en
este primer capítulo aunque ha habido muchas escenas asquerositas y mucho
encontronazo con los caminantes, también ha habido espacio para los
vivos. El grupo va mermando y esas pérdidas minan la moral. De nuevo se han trabajado bien esta parte, dando un gran protagonismo a estas historias, a cómo se comportan los humanos en esta
nueva y pequeña sociedad que han creado, y cómo las relaciones que establecen influyen en su éxito para sobrevivir.
Curiosamente (wikipediamente,
quiero decir) en las pelis de George A. Romero- que aunque tenga nombre
de personaje de Retrospecter es el referente del cine de zombis y autor
de la mítica La Noche de los Muertos Vivientes en la que se
inspiró Kirkman- estas relaciones tenían un gran peso en el argumento. Se
trataba de reflejar los conflictos que surgen en un grupo cuando los individuos han de optar entre asegurarse su propia supervivencia o cooperar con el resto del
grupo para luchar por una causa común.
Parece ser que la raza humana es tan egoísta, que
no es posible una sociedad sin conflictos, sin división interna. Las
diferencias entre los individuos acaban por imponerse sobre las necesidades de
todo un colectivo. De hecho, hemos
visto cómo va creciendo el recelo de Andrea hacia Dale, de Shane hacia Lori y a
su hijo, de todo el grupo hacia Rick, al que culpan indirectamente de la
desaparición de la niña, y pronto, cuando se descubran todos los secretos, tal
vez presenciaremos una pelea de gallos entre Rick y Shane.
Porque
aunque luchan por un objetivo común y esa causa les une, también les separa su
forma de enfrentarse a esta situación. ¿Qué cabe esperar? ¿Surgirán nuevos
conflictos o acabarán entendiendo que su apoyo mutuo es vital para su
supervivencia? Y lo más importante, ¿decidirán que ya va siendo hora de cambiar
la autocaravana, después de que le hayan reparado los manguitos 28 veces?
"Lo que se avecina"
Así se traduce el
segundo capítulo, con ese tono profético. Porque parece ser que nos espera
mucha más acción. La nueva temporada, con las nuevas localizaciones, produce
una sensación aún mayor de angustia, de acorralamiento. Lo cierto es que ha
sido un acierto sacarlos de la ciudad. No sólo porque Atlanta estaba perdida,
sino porque este nuevo paisaje da mucho más juego. Y además no hubiera sido
posible conseguir un ciervo para el gran golpe de efecto final.
El ritmo es mucho
más trepidante aún que en la primera temporada: en sólo un capítulo nos hemos
enfrentado a la desaparición de la niña y a un final desconcertante, como debe
ser. Reconozco que en los segundos que duró la secuencia del ciervo barajé
múltiples posibilidades pero todas con un final similar. Tanta ternura sólo
podía dar paso a algún tipo de tragedia. Como tampoco descarto que la niña
vuelva en forma de caminante.
Lo cierto es que TWD
ya nos tiene acostumbrados a enfrentarnos a este tipo de situaciones. No
esperamos escenas bucólicas de un niño acariciando a un cervatillo. Damos por
hecho que el cervatillo acabará resultando ser un bambi convertido en zombi que
quiera comerselos, o algo por el estilo. Ya nos han acostumbrado a cierto nivel
de violencia visual.
Por encima de todo, está claro que la serie gusta, y
mucho. En USA ha hecho unos datos magníficos para una televisión por cable: 7,3
millones de espectadores, un récord en las plataformas digitales y un exitazo
que se apunta AMC. En España hemos podido verla en FOX, aunque lo
de la tele por cable no está tan extendido aquí como en el país donde nacen las series y apenas
la han seguido medio millón de personas. Para que llegue a cosechar un gran
éxito en el país donde se hacen remakes de 'Cheers' tendrá que esperar a ser emitida en abierto en La
Sexta, a finales de noviembre. Claro, eso sin contabilizar todos los que la
siguen por Internet, que es casi el grueso de los espectadores.
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