Los que pensaban que tras ‘La hora de la verdad’ no se podía caer más bajo en televisión, se equivocaban.
La telebasura existe y siempre llega camuflada. Últimamente se vende como programas de corte familiar o de ayuda. El espacio dominical de Jordi González llevó a una chica que ha pasado su vida buscando a su madre biológica. La prueba del ADN estaba en un sobre cerrado en las manos de Jordi.
Lo que menos le importaba al presentador era la vida de la invitada y la relación que había mantenido con su supuesta madre durante las semanas anteriores al programa. Interesaba crear tensión y abrir el sobre justo antes del final. El clímax televisivo preparado y millones de familias pendientes. Tema ideal para el calor del hogar el día del señor.
“El instituto farmatoncomplex (no recuerdo como lo llaman) determina que NO. Que no es tu madre”- vociferó el presentador nadando en música de tensión.
La cara de la invitada era un poema y no acertó a decir palabra.
“Me imagino que ahora seguirás buscando a tu madre adoptiva”- continuaba Jordy con su speech atronador y moralizante.
“Biológica”- le corrigió ella por lo bajines.
Ni la escuchó. Importaba más acabar el programa tras el trueno. Y a poder ser con tormenta de lágrimas. A Jordy le sentó mal que la chica no rompiera a llorar en ningún momento. Se le notaba. Ardua tarea querer llegar a ser Isabel Gemio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario