Este martes noche estuve con dos a la vez. Con dos programitas, no se confundan. Uno serio y el otro banal. El problema es que no sabría decir cuál de estos dos calificativos aplicar a cada cual.
En Tele Madrid vi ‘Madrid opina’ y le puse los cuernos con La Sexta, gracias al ‘El club de Flo’. En uno opinaban los “opinadores oficiales”, y en el otro hacían sus gracietas los “graciosos oficiales”.
Que ninguno os engañe con su oficio mediático. Son televisión, son dinero, son pasta. ‘El club de Flo’ y ‘El club de Buruaga’ son, sencillamente, dos espectáculos más. En la tele sube puntos eso que cotiza: el humor bobo, cutre, insustancial y el debate político trillado, fácil, reiterativo. De hecho, nada de lo que se vio por Telemadrid y por La Sexta fue nuevo. Sin novedad, ni valor en los formatos.
‘Madrid opina’ es un calco de 59 segundos solo que Buruaga, que es un magistral periodista, está de pie dirigiendo la orquesta de oficiosos y los mensajes SMS entre pausas publicitarias. Lleva muchos años en el tajo.
‘El club de Flo’ es un calco de ‘El club de la comedia’ pero con un dicharachero jurado a lo OT, hecho que lo denigra aun más.
Debe tratarse de eso, de denigrarse. A la sublime Mayra Gómez Kemp, que ya fue actriz en el 1,2,3 antes que presentadora, le tocó un burdo y chabacano monólogo sobre los viajes en crucero. No certificaría si el momento fue más o menos divertido que ver como el skin de la COPE, Ignacio Villa, se metía encantado en una pelea cuartelaría con Margarita Sáenz-Díaz (El periódico). Tenemos los políticos que nos merecemos y los periodistas que nos merecemos.
Algunos de los temas de ‘Madrid opina’ fueron la opción de Bono a las elecciones madrileñas, las dos Españas y la vergonzosa posibilidad de reducción de pena a un chacal asesino como De Juana Chaos. Algunos de los “cómicos” de ‘El club de Flo’ fueron Terelu Campos, Juan Carlos Aparicio (alcalde de Burgos), la citada Mayra y el tercer hijo sin talento de Julio Iglesias.
La noche televisiva del martes es la de los oficios que a uno le ha tocado asumir. El humor chusco de los de siempre y el análisis político ya escuchado por los mismos. Uno se cansa de ver siempre a los “nuevos cómicos” (Luisa Martín, Bermúdez, Santi Millán…) y a los “analistas exclusivos” (Vera, Gozalo, Sáenz-Diez, Prego, Villa, Calleja…).
Entre un humor que no me hacía ni pizca de gracia y el debate político que me parecía de chiste, decidí hacer zapping. Dí con Canal 50 años y afortunadamente "la nueva tele" me dejó más tranquilo. Me encontré a Tip y Col diciendo: “Y mañana les hablaremos del Gobierno”.
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