lunes, 6 de febrero de 2006

Historia de un secuestro (I)




Colaboración especial de Wayne Jamison para ELECTRODUENDE:

El secuestro de ‘OT La cara oculta de Operación Triunfo’ hizo tambalear considerablemente los cimientos de mi confianza en el sistema judicial, en la consolidación de la democracia y hasta en mi percepción de la realidad.

Todo comenzó, oficialmente, el 27 de junio de 2005, fecha en la que el juez del Juzgado de Primera Instancia Número 1 de Barcelona, Francesc Muñiz Menero, aceptó la petición de Gestmusic y decretó el secuestro cautelar de la obra.

Eso sí, fijó en medio millón de euros la fianza que la compañía debía depositar para compensar, llegado el caso, los posibles daños que esa medida pudiesen causar tanto a la editorial como a los autores.

Pocos días antes, un representante legal de la productora se puso en contacto telefónico con la editora, Concha Calleja, para ‘instarle’ a que no siguiese adelante con su intención de publicar el libro y advertirle de las consecuencias que ello podría comportarle.

El trabajo no había visto la luz. Arcopress tenía previsto ponerlo a la venta el 1 de julio. Ni Gestmusic ni el juez, en el momento de adoptar su decisión, conocían el contenido del libro, básicamente porque no pudieron leerlo.

¿En qué se basó, por lo tanto, la productora para pedir el secuestro cautelar y el juez, después, para aceptar esa petición?

Pues, según consta en el dictamen judicial correspondiente, se basaron en la sinopsis que aparecía en la web de la editorial anunciando el próximo lanzamiento de ‘OT La cara oculta de Operación Triunfo’.

Consideraron que ese avance, de apenas una veintena de líneas, mostraba suficientes indicios como para pensar que la obra podía dañar el honor del concurso y de Gestmusic. Un apunte final a este respecto: en ningún momento se decretó el secuestro de la mencionada web ni se ordenó suprimir nada de la misma.

Tres días después del dictamen judicial, un representante de la editorial y de los autores entregó dos copias originales del libro, ya editado tal como iba a ver la luz, en el juzgado. Una era para el juez y la otra, para Gestmusic. Estábamos convencidos de que rectificarían, al menos Francesc Muñiz Menero, cuando lo leyesen, algo que, insisto, no habían podido realizar hasta entonces.

Las partes quedamos convocadas el 18 de julio a una vista oral en el Juzgado de Primera Instancia Número 1 de Barcelona, situado en Via Laietana. Suponíamos que ese día el caso quedaría resuelto de una vez por todas.

Ese día, la cuarta edición de Operación Triunfo ya había enfilado su tercera semana de emisión sin que el trabajo secuestrado hubiese podido ver la luz.

Cabe recordar que el programa, que en sus tres primeras temporadas había sido emitido por Televisión Española, se había estrenado en Telecinco, y lo había hecho impulsado por una importante campaña de promoción.

Estábamos citados a las diez de la mañana en las dependencias judiciales. También asistieron diversos medios de comunicación de los muchos que se habían hecho eco de la noticia durante los días previos.

En la entrada de la sala, la editora Concha Calleja, nuestro abogado Joaquín Ruíz-Giménez, su procurador Francesc Fernández Anguera y quien esto suscribe, Wayne Jamison, coincidimos con el representante legal de Gestmusic, un abogado que no tardó en reconocernos y saludarnos amablemente.

Eso sí, su amabilidad desapareció casi por completo una vez iniciada la sesión.

En el próximo post...Historia de un secuestro (II)

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