Mírala, mira cómo avanza.
No le dará vergüenza, andar aferrada a esa barriga, abrazada al pecado. Mírala, como si no tuviera miedo.
En vez de suplicar y llorar, en vez de arrodillarse y pedir perdón, en vez de arrepentirse y jurar que será una mujer como Dios manda, camina desafiante, llena de orgullo.
No le dará vergüenza.
La cuerda es un relato basado en hechos reales, aunque
ficcionados. Ambientada en la guerra civil española, describe a un grupo
de personas que caminan un amanecer entre olivares.
Algunas de ellas,
unidas por una cuerda, enfrentan sus últimos momentos de vida. Serán
ajusticiadas, sin juicio previo, por el simple hecho de pensar de forma
diferente a sus ejecutores.
A la voz de estas víctimas les acompañan los pensamientos
de otros personajes, dos falangistas, un sacerdote y el propietario de
unas tierras, cuya función es imprescindible en el desarrollo de la
acción.
Las voces que nos hablan pueden ser de cualquier persona,
en cualquier lugar del mundo que se encuentre en una situación similar,
por lo que este relato puede considerarse como un grito que denuncia la
intolerancia hacia todo aquello que, por ser distinto, es temido y por
ello debe ser aniquilado.
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