viernes, 7 de noviembre de 2014

Diplomacia: algo más que otra 'de alemanes'

Por: Iván Reguera.

A mi padre le gustan mucho las que él llama películas “de alemanes”. Es ver un casco nazi o una división acorazada y quedarse hipnotizado ante el televisor. Igual que a Tony Soprano. A otros padres les pasa lo mismo con las pelis de vaqueros.

Sobre el papel, Diplomacia podría ser otra “de alemanes”, pero no lo es. Aquí no verán los clichés habituales en el subgénero. Aquí verán a dos seres humanos, cada uno con su experiencia y realidad, una habitación de hotel y unas vistas a la ciudad más hermosa del mundo.

La película empieza con imágenes de archivo de la destrucción de Varsovia por parte de los nazis. Son estremecedoras. La tesis que planeta la película, basada en una brillante obra de Cyril Gely, es la siguiente: ¿podría haber acabado así París? Podría. Hitler siempre quiso un Berlín a la altura de París, pero con su cuidad en ruinas, decidió que la ciudad de la luz debería correr la misma suerte.

Por eso, desde su arranque, el film es interesante. Aunque conozcas el desenlace histórico, el guión es suficientemente conciso y certero como para mantenerte atento sus poco más de 80 minutos. No necesita más metraje:



La narración es muy interesante: el cónsul sueco en París debe entrevistarse en el hotel Meurice con Dietrich von Choltitz, gobernador militar alemán de París. Su misión es convencerle para que no ejecute la disparatada orden.

El cónsul es un gran diplomático, sabe tocar las teclas necesarias. El general, terco como una mula, pertenece a un linaje de militares prusianos y debe cumplir una orden directa de Hitler, debe activar los explosivos que harían volar el Louvre, Nôtre-Dame, Austerlitz o la Torre Eiffel. Es el hombre que pasaría a la historia por semejante barbarie.

Con estos interesantes elementos, Volker Schlöndorff coescribe con el autor de la obra (que los dos excelentes actores protagonistas interpretaron antes de hacerlo en el film) un estupendo guión en el que se muestra sin trucos fáciles las artes diplomáticas del cónsul y la aceptación de tan espantosa misión por parte del general. La película es una clase magistral de diplomacia, de ahí su título.

Película de realización sencilla y de escaso presupuesto, pero con la ambición de entretener aún siendo una adaptación teatral, Diplomacia es una de esas películas que se deberían recordar a la hora de hablar de la Segunda Guerra Mundial.

Va más allá de las “de alemanes” y está contada sin campos de batalla y sin casi escenas de acción. Prácticamente sin salir de una habitación. Electro-Admirable.

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A CONTRACORRIENTE FILMS estrenará DIPLOMACIA el 14 de noviembre.

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