Que no hombre que no. No y no. Ya no nos lo creemos. Pero
además se pueden hacer varias lecturas del este hueco mal rellenado en Sálvame.
Hoy, el reencuentro entre María teresa Campos y Jorge Javier
Vázquez. Casi cuatro meses alargando un soporífero malentendido entre estos dos
famosos presentadores. Pero ya no y no, repito. Este programa está haciendo
habitual este tipo de telenovelas propias. Al principio, era su motor, pero ahora ya están mal
hechas, sin “chicha”, como diría Mª Luisa Sánchez Calero, profesora de periodismo de la
Universidad Complutense de Madrid.
Antes, el programa machacaba su ideario conforme
a su cercanía, espontaneidad y factor sorpresa, algo que le convertía en un
nuevo, fresco y nunca visto producto en televisión. Ahora, no es tan nuevo, y encima lo
están destrozando. Antes, es cierto, te gustara el formato o no, los colaboradores
tenían sus broncas en directo siendo, o al menos pareciendo ser bastante reales, y como
podía ocurrir en la calle, a los dos minutos del enredo se acababan con cuatro lágrimitas
y unas disculpas. Ahora
no, ahora eternizan un malentendido pensando que vamos a
estar todos ansiosos por su evolución y final. Ya no emocionan sus historietas, por
mucho que se empeñen. Ya no son creíbles.
Es el caso de la Campos Aprovechan a lo mejor lo que sí
sería un momento real de enfado de JJ con esta señora, allá por octubre, y deciden
darle vueltas y más vueltas como si fuera un drama elevado a una guerra entre dos
políticos del mismo partido. Que no, que aquí ya todo empieza a oler a cocinado,
masticado y regurgitado. Sobre este teatrillo además, y como decían los antiguos del DEC,
que tiren de hemeroteca.
Ya conocemos los espectadores como es una de las actrices.
Fue allá por el año 2007, cuándo Teresita más cabreada que una mona, más “joven” y
racial, decidió insultar enrabietada desde su nuevo programa de Antena 3 a quién
fuese su dueño durante años en Telecinco, llamándole gilipollas. A Vasile, para quién no
lo recuerde. Por lo tanto, ya la hemos visto en su pura esencia. Sería un detalle, si
nos quieren intentar hacer creer estas movidas entre grandes presentadores, que sea al
menos con otros a los que no hayamos visto antes sacar a relucir su furioso carácter,
porque la gente tenemos
memoria, que no nos subestimen.
¿Que significa todo esto? Que ya no hay ideas, que se siguen
escudando en lo que supieron muy bien hacer al principio, pero estropeándolo,
que este submundo interesa cada vez menos, que no nos hagan estos popurríes de historietas…
La primera lista en ir abandonando el banco ha sido la Esteban. Algo se olerá. Que
la máquina se apaga.
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