lunes, 16 de septiembre de 2013

Su objetivo

Este domingo Ana Pastor entrevistó a Rosa Díez para su Objetivo. El de ella. 

La señora Pastor tiene fama de “gran profesional” entre público y profesión, y es algo que me llama poderosamente la atención. Electroexplicamos muy resumidamente por qué Ana Pastor no es ni gran, ni profesional a secas. Las Electrorazones:

1. No saber esconder tu animadversión hacia una persona es de amateur. De principiante. Pastor frente a Díez solo (y siempre) logra tensión, desasosiego, mal rollo. Sus entrevistas no respiran. Un flaco favor al programa y al espectador. 

2. Hablando de este último: no lo tomes como a un imbécil. A Anita, que tiene sus límites, se le notan las encerronas desde el minuto uno. Sabes por dónde va a ir (en el Caso de Díez el reproche de “haber vivido siempre de la política”) enseguida. 

3. No escuchar. O solo escuchar para repetir, como una perturbada, que no le ha contestado COMO ELLA QUIERE a una pregunta. Su Objetivo.

Lo que no se entiende muy bien es cómo Rosa Díez acepta una entrevista con semejante interrogadora, que no entrevistadora. Mal asesorada debe estar, o quizás cree que acudir a cualquier medio, sea cual sea su amo, es bueno para su partido, es imagen, son votos. Pues en este caso resta, señora Díez.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora vas a venir tu a decirnos que Ana Pastor es mala profesional... Ah, no, que ni siquiera es profesional... Que valor chaval. Mira para tu casa que el pograma es el domingo, no el lunes. Y eso, sólo para empezar

Anónimo dijo...

que no guste alguien como la ana pastor entrevistando por lo incomoda que es, lo entiendo de sobra. Pero que llegues a decir que no es ni buena entrevistadora ni profesional......ostia te me acabas de caer......el bueno entrevistando quien es, Hermida con el rey?capaz de decir que si.

Anónimo dijo...

Estooooo, permítame una pregunta sin ninguna doble intención:
-
Y, ¿quien de las dos le cae peor y mejor, don imparcial?

Anónimo dijo...

Es lo que tienen los UPyDbiliebers que les da igual la realidad, mientras tengan la suya a mano. Las entrevistas con Ana Pastor nunca son cómodas y cuando presentas frente a ella una gran mentira lo más normal es que se resquebraje por algún sitio. Lo de llamarla Anita te ha delatado, pero los consejos al partido magenta ya te significan claramente. La opinión es libre, sentar cátedra desde el sesgo es engañar..