Asistimos al final de los saltos a la piscina y ya podemos
hacer análisis. Mientras que Splash fue un exitazo en su estreno, movido por
las cachas de Falete, el programa ha ido haciendo aguas con el paso de los
días.
Por su parte, el show de Telecinco se ha mantenido más estable hasta su final. Ambos espacios han premiado la agilidad y la superación
de sus concursantes, pero el Mira quién salta se ha revelado como un reality
más puro y duro donde los dimes y diretes sobre los concursantes han primado
más que sus tiradas a la piscina. Es el caso de Mónica Pont.
La actriz que fue de las últimas en incorporarse al equipo
de saltadores ha saltado directamente al telecotilleo participando en
controvertidas polémicas en programas como Sálvame. Que si fotos comprometidas,
que si aireando un poquito su vida privada…
La Pont ha sido la seña distintiva de un programa que iba
más allá de la piscina. Algo que no ha sucedido con Splash porque Antena 3 no
quiere tener huecos para los intríngulis escabrosos de sus protagonistas. La
tele familiar se ha respetado con la piscina de Arturo Valls. Afortunadamente
Jesulín de Ubrique no cayó al concurso de Telecinco, donde habríamos tenido
ambiciones para rato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario