jueves, 14 de junio de 2012

Realities: Mucho malo, nada bueno



Por Bosco Palacios:

¿Pero todavía sigue este Gran Hermano? Me preguntaban hace poco, tras una crítica sobre telebasura y audiencias, que qué había de malo en programas de este tipo que ya no engañan a nadie. Pues bien, lo primero no es preguntarse qué hay de malo, sino qué tienen de bueno. NADA.

Y después no podemos quedarnos mirando el dedo, hay que ver hacia dónde apunta. Pensar que la televisión también es responsable de lo que nos ha ocurrido estos años para llegar a esta situación de crisis brutal, con políticos corruptos e impunes. 

Pensar, por ejemplo, que el voto de una persona que sigue Gran Hermano cuenta lo mismo del de una persona que no lo ve. Más manejable, engañada, incapaz de pensar y reflexionar más allá de lo que le cuentan, desinteresada por el mundo y solo preocupada por "la vida en directo".

Y, por supuesto, ver qué poco queda de realidad, cada vez menos, en estos programas que van de realities y que en realidad son guionizados (manipulados para el espectador). Como la otra línea de reality que se está poniendo de moda, tipo Alaska y Mario.

Como comentamos ayer en el final de temporada de Sospechosos Habituales, Vaquerizo ha hecho la gran serie Alaska y Mario, siendo un personaje: con guión pero con lugar para la improvisación.

Un reality en el que lo mejor que ha sabido hacer ha sido interpretarse así mismo. Por eso no le costará nada hacer este cameo en La que se avecina. Mejor en ficción, sin engañar a nadie.

No hay comentarios: