Duele cuando uno se entera del despido de un compañero. En esta profesión la estabilidad cada vez se está poniendo más inalcanzable y personas que hacen muy bien su trabajo dependen, además de crisis, de fusiones, que es el tema que hoy me ocupa.
La noticia de la fusión CuatroCinco no está siendo buena en ningún aspecto. A la pérdida de variedad en los contenidos hay que sumarle la pérdida de grandes profesionales. No hablo de las cuatro o cinco caras estrella de la casa, todas ya reubicadas, sino de la masacre en cadena que se ha producido.
Esta semana he recibido varios correos (seguro que muchos de vosotros, compañeros, los habéis leído con tristeza) de profesionales de Cuatro que dejan su trabajo. No diré sus nombres, por su puesto, pero sí desvelaré parte del contenido de un par de mails para que os hagáis una idea de lo que supone sentirlo en primera línea:
1) “Esto no es una despedida porque no quiero despedirme... O mejor dicho, no puedo. Muchos años, muchos amigos, muchas emociones y sobre todo, infinitos recuerdos que nadie podrá quitarme...”
2) “Nunca pensé que este momento llegaría, pero este es mi último día en Cuatro. Me voy con la sensación del trabajo bien hecho y, sobre todo, con la sensación de haber sido muy feliz aquí a pesar de la tristeza y la dureza de estos últimos meses...”
Y, así, a los cuatro millones de parados, casi cinco, que hay en España hay que sumarle los 2.500 empleados de Prisa que han sido despedidos en todo el mundo.
No hubiera estado de más que en ese anuncio tan patético en el que el chico Cuatroguay de la familia aparecía en la casa de Telecinco se hubiese simulado también una despedida de sus compañeros en las filas del INEM.
Efectos colaterales de la fusión: La defunción.
3 comentarios:
Un artículo humano y necesario, Palacios.
Gracias. Detrás de los números hay personas, y familias enteras. No lo olvidemos.
ójala esas condolencias se leyeran de la industria disocgráfica (con muchos mas miles de perosnas y familias afectadas) , sobre todo proque en el caso de la música es por la piratería pero el caso de la tele española es por su propia ineptitud de no saber como llegar al público y repetir las misma fórmulas una y otra vez
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