Electrorecortes en el Teatro Lara. Dos piezas breves que forman una función compacta: Frágil y Reflectante. 
 Presentan
 dos situaciones extremas y sin embargo cotidianas. Sin habernos dado 
cuenta, quizás hoy mismo, lo cotidiano se ha convertido en urgente y la 
rutina ha pasado a ser una emergencia. Estas obras hablan de personas a 
la intemperie, que conservan su dignidad. Alguien ha arrasado la tierra 
prometida y las víctimas se debaten entre sobrevivir con dignidad o 
sobrevivir a secas.
Electrodignidad y la electroironía con inmediatez y con urgencia:
FRÁGIL, de David Greig, es una pieza de dos 
personajes en la que el público debe interpretar a uno de ellos, Carmen,
 una trabajadora de los servicios de salud mental. Carmen intenta calmar
 a Jose, uno de sus pacientes, cuando éste irrumpe de madrugada en el 
apartamento de ella, alarmado por el cierre del Centro de Salud en el 
que hasta ahora le trataban.
REFLECTANTE, de Clara Brennan, es el monólogo 
indignado, enérgico y tragicómico de Rosario, la madre de una joven 
discapacitada con necesidades especiales. Rosario no confía en que nadie
 vaya a cuidar de su hija cuando ella no esté y, mientras tanto, trata 
de proporcionar a la chica todo el placer y el disfrute que tiene a su 
alcance.

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