Todo preparado para que luciera tan jugoso mito negro: Saltos a la comba, saltos por una avispa y saltos de capoira. La esencia de este programa estaba más que nunca en ver la cosa colgando (izquierda, derecha, arriba y abajo).
Para terminar el final feliz del trío había que estar preparado a lo vasco, a lo grande. Y encima el tío decía llamarse "Coman"... El apellido se lo pueden imaginar ustedes, electrolectores.
El reality de Cuatro es pornográfico. Y no porque se vea el chiquichiqui que todo el mundo espera y nunca llegará (eso sería más natural y bienpensado), sino por las bajas insinuaciones hacia, precisamente, lo más bajo.
"Que si tu dragón, que tu cucu, que si vamos a la orilla del mar a refrescar la almeja"... De arcada para un horario en el que muchos niños ven la tele y a los que les llega la matraca sin vaselina. El resto, tratar al espectador como si fuera un retarder mental obsesionado con el sexo. Un beso negro a la audiencia dificil de aguantar hasta el final sabiendo que todo ha sido producto de su imaginación. La que le hace sentirse a uno rata de anuncio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario