Mi nombre es Antonio Alcántara

Mezcla de churras con merinas o de churros con merinos es desde hace unos años la receta fálico-molusca del OrgulloGay madrileño.

Desde la intención inicial de aquel histórico 28 de junio de 1969, encarnada en el cine por Sean Penn en Mi nombre es Harvey Milk, hasta el esperpento de hoy, han pasado muchas Massieles, numerosas bodas, casi tantas como divorcios, y desgraciadamente muchos funerales.

Pero ¿esto del martirismo (no confundir con Martirio y su peineta), esto de la pena mayor (no referirse a una práctica fetichista) por ser gay, es acaso la lucha en el "glamuroso" orgullo de hoy? ¿O vivimos otro caso de discriminación positiva socialmente laureado?, ¿una macrofiesta sin ton ni son que margina desde la capital la invisivilidad diaria de los gays de pueblos y provincias?, ¿una bofetada ciega a los millones de gays que día a día se juegan el cuello en numerosos países del mundo?

No nos engañemos: a Chueca van estos días más heteros que gays, más homófobos que luchadores de la causa, más familias antiaborto que monoparentales, y más curas dentro del armario que recien salidos del confesionario.

Esta mezcla explosiva del consuma, beba, vista y piense gay ( y a ser posible con su tarjeta de crédito en Chueca), también se manifiesta en las actuaciones musicales:

Las reinas del Pop olvidadas y trasnochadas, tipo Kylie o Gloria Trevi, son coronadas por un día como madames del plumón. Las criticadas por pervertir eurovisión, Karmele Marchante, Erika Magdaleno, Rebeca, son veneradas como lo más petardo, seña distintiva del nuevo rumbo gay que están fabricando los que asocian orgullo con frivolidad.

Otros que se tomaron más en serio su papel en el festival, Anabel Conde, Dani Diges, La década, Mirela o Samuel y Patricia, también actuarán en el Orgullo para los que aún apuestan por lo indefendible: Disociar el Festival del frikismo.

Menos mal que este año nos libramos de la infinitamente petarda, Malena Gracia, afortunadamente pasando penurias en la isla. Pero el pregón correrá a cargo de Imanol Arias, ese actor que ha revolucionado la televisión con la serie más rosa, más transgresora, más valiente y reivindicativa del país. Una serie que llena de primeros plenos la actividad gay en todo su esplendor. ¿O este es el que lleva casi diez años haciendo de padre de familia rancio en Cuéntame?

Quizá lo han escogido porque su mujer le ha puesto los tubos con un tipo del que se rumorea que le daba tanto a la carne como al pescao, pero del que sólo hablan exmujeres. Ya se sabe que las combinaciones en esto del Orgullo son infinitas. ¿Churras con merinas?, ¿Churros con merinos? A entender... ¡¡¡Pero que viva la fiesta!!!

A dos focos bajo tierra

No hace falta ser medium para ver el camino que aún puede seguir tomando Telecinco.

Esta Tele de Cristal lo leyó hace unos cuantos posts, cuando dijo que en breve, y a tenor del rumbo que estaba tomando la cadena, harían ouija con famosos.

Recuerdo que cuando comenté que ya existian precedentes, con algunas propuestas hechas desde Sálvame y algunos ensayos en A tu lado, me llegaron algunos comentarios descreidos.

No han tardado poco los de la pantalla amiga en ver en el mundo del más allá un amplio abanico para contar lo de siempre, con los malos modos de siempre y levantando las más bajas pasiones de siempre. Y encima con una euroventaja añadida: Los muertos no pueden querellarse.

Vertele.com vaticina ya algunos nombres de los que podrían protagonizar "La Hora Ouija": Carmen Ordóñez, Encarna Sánchez, Paquirri, Rocío Dúrcal.

Quizás también Rocío Jurado, o de hacerlo (que lo copiará si tiene éxito) Antena 3: Ángel Cristo, que como escribí en su día, ganan más con él muerto que vivo.

Olviden los malos tiempos del polígrafo, ahora la sangre se hará A dos focos bajo tierra y sin que nadie pueda cuestionar la veracidad de las afirmaciones. Me imagino que la noticia de este tétrico estreno habrá dejado a Lydia Lozano muerta de risa: Por fin podrá hacer la prometida entrevista a Ylenia desde su cadena.

¿Se cumplirá la nueva macabra profecía de esta Tele de Cristal?

Pienso luego

Cada vez le veo más complicación a esto de sacar a tiempo análisis televisivos. ¿De qué podría hablar? pienso día tras día. Y los temas no salen no tanto porque uno no vea la tele, que cada vez menos tiempo y más selectivamente, como por la tele que hay para ver.

Remitiéndonos a ayer:

¿Enemigos Íntimos? ¿Otra vez a hablar de Telecinco? Se me han acabado los enfoques para lo de siempre, los adjetivos, las metáforas, las advertencias, todo. Además que uno se cansa de comprobar cómo Telecinco es la única cadena que se lo curra, de la manera más perversa eso sí, para que no podamos dejar de hablar de ella.

¿El gay proceso selectivo para reportero de El Intermedio? ¿Comento lo anecdótico del tema o me meto en un análisis sobre el humor, las tontas modas, el gancho irresistible de ¡oh, grandes plumas las de estos guionistas!? ¿lo critico a saco o irónicamente? ¿le meto obviedades cachondas como que ahora lo novedoso sería un casting de reporteros heterosexuales y no esta patochada? Y después de escribirlo y de leerlo, ¿acaso creeré, sin engañarme, que yo sería capaz de hacerlo mucho mejor o muy distinto?

Me voy a la noche-noche, caigo en los “variados” debates con sus “novedosos” contertulios y sus grandes temas “trascendentales”, ¿apunto alguna frase para sacarle punta?, ¿cuento cómo este periodista habla de lo mal que ve que los jóvenes se metan a funcionarios mientras que en su diario digital se vanagloria por explotar a eternos becarios?

Llega el teletimo, las repeticiones, el 24 horas, y ya a lo último, la hora de Internet.

Caigo en mi página, me leo, veo que yo también me repito, que tampoco puedo huir de mí. Visito webs sobre la tele, también repiten, me meto en páginas de información general, veo lo mismo por lo mismo. Foros, chats, quizá entro un rato. Veo los mismos y otros que no eran los de antes, pero que dan lo mismo.

Me abro un Blog de Notas y empiezo por mi título. Pienso, luego, casi creo que me ahogo entre estas letras, las pongo en pantalla lo más rápido que puedo mientras me consumo con un cigarro más.

Pongo Vetusta Morla. Lo que escucho consigue relajarme hasta que edito el texto.

Aquí sigo.

Quiero cerrarlo todo, en dos minutos estaré sellado.

Soñaré…

y mañana…

A ver qué echan mañana.

Podría seguir siendo maravillosa

Sin ser aficionado al fútbol, reconozco no poder dejar de seguir los partidos de la selección en los mundiales. Recuerdo vivamente cómo hace cuatro años, Emilio Aragón apareció por un nuevo canal que se estrenaba con su intervención y soltó: "¡Tenemos el Mundial!"

Entonces compré un descodicador de aquellos que, como los primeros móviles pesaba cual ladrillazo, y me puse a seguir el Mundial por La Sexta. La mayoría de la gente, y para mi desgracia casi todos mis vecinos, seguieron los partidos por analógico a través de Cuatro. Este hecho provocó que me enterara por sus gritos de cuando había marcado España (recuerden que aunque se veía mejor, la señal digital tardaba más segundos en procesarse).

Ha pasado tan sólo un Mundial y hablar de cómo funcionaban las tecnologías de hace dos Telediarios es casi retrotraerse a la historia. Lo mismo me pasa con el Rey de aquel espectáculo, Andrés Montes, que no sé si hablar de él en presente o en pasado.

Caló tan hondo en los seguidores de la Sexta, con su querido Salinas, sus excéntricos comentarios, su irrestible pasión, criticada por los que acostumbraban a ver fútbol como asistiendo a un funeral, que irremediablemente creó tendencia.

Paco González está ahora bien en Telecinco, mejor que ninguno de los compañeros que se dedican a narrar los pases como si fueran toques extraidos de una pasarela de moda. Aunque aun así, echo de menos a Montes y también me duele que en este Mundial nadie tenga un recuerdo hacia él. No se ha dicho nada desde ningún medio.

En acontecimentos como este, el más reciente desde su pérdida, es triste comprobar que sus compañeros de profesión no tengan presente al Tiki y Taka que nos llenó de emoción en partidos tan insulsos.

Su muerte fue todo un misterio, y puede que eso haya ayudado a que su presencia no sea recordada como merece. Seguro que él hubiera tenido obligadas palabras de vida para sí mismo, valiente, cariñoso, humanamente sin complejos y con el "que dirán" importándole muy poco.

Porque la vida, y la retrasmisión de este mundial también, podría seguir siendo maravillosa, se te echa de menos, Andrés.

Pinganillos a la mar

No me creo nada de lo que la Milá tenga que decir contra Telecinco. Todo apunta a que este episodio de declaraciones es una nueva estrategia tomatil de la cadena para que no podamos dejar de hablar de ella.

Vamos a ver: ¿cómo una señora como la Milá puede decir a estas alturas de la inmundicia que no está de acuerdo con que se haga un periodismo echando por tierra a personajes antes de ser juzgados? ¿Qué han sido entonces las once ediciones de Gran Hermano?

Y sin dar más vueltas sobre el tema, que lo saco unicamente con la intención de abrir los ojos de quienes no vean en la Milá al personaje más hipócrita de la tele, consideremos que sus declaraciones tengan parte de verdad:

¿Es acaso Mercedes Milá una recién graduada en Comunicación Audiovisual que tiene un conflicto interno por decicir entre trabajar en un estercolero como Telecinco o no tener para la hipoteca?

Estás podrida de dinero, Mercedes. Lo mínimo que podías hacer, si de verdad has caído ahora en la cuenta que la cadena en la que trabajas crea un horroroso espectáculo contínuo contra el ser humano, es cerrar el pico, pedir perdón por haber encaminado tu carrera al paraiso de lo denigrante y presentar tu dimisión.

La audiencia ha decidido que gente como tú habéis hecho a Telecinco lo que es. Nunca es tarde para abandonar la casa del horror. Y desde La Tele de Cristal, humildemente, pinganillos a la mar, te animo a hacerlo. ¡Vete!

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CONSEJOS PEORES QUE MEARSE EN LA DUCHA

MERCEDES MILÁ COMPROMETIDA CON LOS PELIGROS DE LA POPULARIDAD

LA ANTIGUA CASA

La pesadilla del querubín

"Adios con el corazón...", "algo se muere en el alma...", "bye,bye, baby, bye,bye..." Estos estribillos de canciones de despedida quedaron sin entonarse en el programa Cántame una canción, que Telecinco decidió cancelar de la noche a la mañana.

Resultado: Los niños concursantes, rotos de dolor; los padres de los niños, cabreadísimos; Los profesionales del espacio, nuevamente al paro; Los espectadores que lo seguían, absolutamente ninguneados.

Esta última estafa, engaño alevoso desde la tele, ha creado más espectación que otras cancelaciones anteriores, que siempre dejan al sufrido seguidor en situación de impotencia. Un reportaje del diario ElMUNDO recoge las declaraciones de alguno de los progenitores de los muchachos que creyeron convertirse gracias a la tele en fulminantes estrellas del artisteo.

"Nos sustituyeron por 'La pesadilla de Jesulín' (un especial llamado así). ¡Qué vergüenza!", "Jugaron con la sensibilidad de nuestros hijos", "Nos cancelaron nuestros billetes, y varios amigos y familiares que pensaban asistir como público perdieron los transportes y hoteles que habían pagado"...

Me alegro (tristemente) de que estos padres hayan descubierto "a tiempo" quiénes son los Reyes Magos de la tele. Tienen un berrinche a las tres semanas del concurso, pero también cuentan con un verdugo claro y directo contra el cargar: la cadena que les regalaba "el sueño de su vida".

De no haber sido así, de haber tenido éxito el espacio en el que pusieron a TRABAJAR a sus pequeños, la pesadilla hubiese sido mucho más angustiosa. Tras el final del programa, se habrían encontrado en el vacío más absoluto a manos de empresas discográficas, productoras de televisión despiadas y, por extensión, todo un canal que hubiera explotado a sus retoños en las marañas de programas que conjugan lágrimas con share.

Estos padres dieron alas a unos niños que naturalmente deben de vivir cuanto más al margen de la televisión puedan, deben de jugar en el colegio junto a sus compañeros y no en un plató rodeados de focos, deben de aprender a dibujar y a pintar y no a firmar un contrato, deben de imaginar un mundo mejor y no participar en el prostituido paraíso millonario de los adultos.

Esta vez, la despiadada cadena ha sido clara: "No ha sido Telecinco quien ha suprimido el programa, sino el público".

Estamos acostumbrados a que esta excusa absolutoria se imponga en los despachos a los sufridos profesionales que ven cómo de un plumazo se quedan sin trabajo. Pero nos sorprende más cuando se hace pública, sin vergüenza, y son unos concursantes anónimos quienes ponen el grito en el cielo y, más aún, si hay querubines de por medio... Aunque el juicio es el mismo:

Poca audiencia, menos anuncios, no tantísimo dinero para la cadena y, por tanto, no hay trabajo. ¿Y las personas, en este caso, los niños? Nunca importaron.

Pero y ¿EL SUEÑO?, ¿el objetivo artístico?, ¿el resultado que querían crear?




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El último ATV

TVE, cadena que sigue arrasando en los premios de la ATV, sigue empeñada en obviar la ceremonia a su audiencia. Este año, volvió a llevarse El gato al agua (el Académico, no el facha) y siguió haciendo caso omiso a una señal que otros medios sí recogieron.

No es que este tipo de galas sean la fiesta padre, pero entiendo que una cadena de servicio público debería de dar importancia a la institución nacional que la regula, mima y reconoce.

Sigue TVE, sin embargo, alardeando de premios Goya, galas costosas y, excepto la última (copia americana), siempre tediosas y aburridas. Lo que no es muy lógico es que TVE se centre en los premios del cine cuando del séptimo arte entiende muy poco, la que sabe de esto ahora es Telecinco (Ágora, Celda 211...).

O sea que TVE se avergüenza de los premios que le dan honor y prestigio, y se obsesiona con un cine que los propios académicos le reconocen a Telecinco.

Y luego hay que pensar en la audiencia: La gala de la tele, aunque con sillas vacías e interminables lagunas de tiempo muerto, engancha más por la presencia de rostros televisivos que la del cine, que sin Bardem y Pé acaramelados en primera fila pierde todo su atractivo para las masas.

TVE ha perdido un año más la posiblidad de autopromocionarse durante varias horas, con un show plagado de estrellas y por el que no tenía que invertir un duro. Una gala regalada.

Si hubiese un último premio ATV al mejor programador televisivo, al más responsable, al más sensato, al más rentable, al más efectivo, al más lógico... este ATV lo perdería, sin duda, Televisión Española.

Placa, Facha (La basura de la basura)

Carlos, el yoyas, volvió a ser la vergüenza de un plató de televisión. El pasado sábado en La Noria los contertulios más casposos se dejaron ver junto al triunfito en un debate sobre la prohibición del tabaco en los bares.

El ex Gran Hermano tiene un problema de ímpetu que cualquier día podría dar una sorpresa nada agradable. Esta vez se encaró con uno de sus compañeros y lo empezó a insultar con su habitual forma barriobajera. A punto estuvo de abandonar el plató, dejando así con toda seguridad uno de los momentos con más share.

Aunque para sustos, lo realmente chabacano y vulgar que aún sorprende, no está en ese estercolero telecinquero para el vulgo en fin de semana, sino que se da entre el rollito cada vez más facha, reaccionario, y delictivo que hay en los habituales de El Gato al agua (Intereconomía Televisión).

Esta vez, la Conselleria de Salud de la Generalitat ha emprendido acciones legales contra los insultos dados por un tertuliano que calificó de "zorra" a su titular, Marina Geli. Ni mucho menos, el denunciado vídeo es de los peores que voy viendo por esta televisión, que en democracia debería de estar prohibida.

¡Cuánta bestia desenfrenada están creando estos programas y que miedo da encontrarse con alguno de sus seguidores ahí fuera!

Dudas en el aire

La resaca eurovisiva, como no podía ser de otra forma, ha vuelto a asociar al festival con fracaso.

Soraya, la segunda (por la cola) el pasado año, arremete ahora contra una manager adicta a las galas de preselección (Mariola Orellana):

"Este es un mensaje directo para la señora orellana,mas claro no lo puedo decir...vayase usted a la mierda!!!", dice la ex triunfita desde su cuenta en facebook.

La cantante se da por aludida sobre unas declaraciones que Orellana dejó tras la actuación de Diges: "Es un grande, ha sabido estar con maestría y humildad y es un ejemplo para otros que no saben perder".

Sin embargo, los eurofans creen ahora que el mensaje tenía otra destinataria: Coral Segovia.

Segovia anunció recientemente su retirada definitiva de las preselecciones eurovisivas. Y es que para algunas este proceso se ha convertido en un trabajo de larga duracción. Con Coral en el paro y con Soraya dando el cante por las redes sociales nada sabremos de cómo será nuestra Euro el próximo año.

Podemos entender por las cifras que nos llegan, 25 millones de euros le costará a Alemania organizar la semana festivalera en 2011, que el duo Diges-Jump le hizo un favor más que pequeñito a Zapatero y a nuestra economía.

No imagino yo una Euro en Madrid, por como están las cosas, por lo menos hasta que el niño de Diges pueda enviar su candidatura a TVE. Por cierto, ¿cómo será el proceso de selección el próximo año? Vistas las cifras de audiencia, cosa que prima en TVE para seleccionar candidatos, no me extrañaría nada que inventaran una categoría para elegir al mejor espontáneo.